Disyuntiva – Juana Castro

Como no he podido asistir a la clase del miercoles 31/10, cuando nos honró con una visita la poeta Cordobesa Juana Castro, he buscado una de sus poemas y escrito un pequeño comentario sobre ella.

Disyuntiva – Juana Castro
La tentación se llama amor
o chocolate.
Es mala la adicción.
Sin paliativos.
Si algún médico, demonio o alquimista
supiera de mi mal
cosa sería
de andar toda la vida por curarme.
Pues tan sólo una droga,
con su cárcel
del olvido me salva de la otra.
Y así, una vez más, es el conflicto:
O me come el amor,
o me muero esta noche de bombones.

De Alada mía, Córdoba 1996

Las poemas de la Señora Castro son más ligeras de las de la Señora González; se tratan de cosas en la vida de una mujer, alegres, tristes y dolorosos. Algunas poemas no entiendo, pero he reconocido temas como por ejemplo estar encinta, la flor de magnolio, la diferencia entre hombre y mujer, y lo más, el amor – los buenos lados y los malos.
Ésta poema explica en una manera bastante seria para ser burlesca, la dificultad de elegir entre ser consumado por el amor, o comerse bombones hasta que duele para vencer la tristeza de amor. Ambos, amor y chocolate, se ven popularmente como cosas que facilmente se hacen adicción de la que es bastante difícil arrastrarse. Lo que a mí me gusta es que en toda la poema no sabes muy bien de lo que habla la poeta – no puede ser serio, con palabras como demonio, alquimista, droga y cárcel, que la escritora habla de chocolate? Pero en las ultimas líneas, para mí al menos (quizás yo simplemente soy lenta en entender), se aclara que es una broma: nadie se muere de bombones, pero comparado con el amor roto – al menos ésto es lo que he aprendido de las películas de Hollywood – ésto podría aparecer mejora solución.

Fuentes:
http://amediavoz.com/castrojuana.htm
http://solienses.blogspot.com.es/2010/07/7-solienses-y-7-juana-castro-poeta.html
http://maxicadena.blogspot.com.es/2008/04/la-vida-es-como-una-caja-de-bombones.html

Visita de una Escritora: Marta Leonor González

La Nicaragüense Marta Leonor González es una mujer muy vivaz que se hace preguntas interesantes, mira el cielo cada día y no tiene miedo. Además de ser poeta, es también periodista – edita el diario ‘Le Prensa’ – pero prefiere a la poesía porque es más libre – no puedes decir cualquier cosa en un periódico. Fundó el grupo IMAGEN – Imposible Agrupación de Escritores Nocivos, un conjunto de autores con tendencia outsider y contestataria – y se llama la poeta de más furia. Batalladora por la equidad para las mujeres, muchas veces publica sus poemas junto con las de otras poetas.
Muy activa, es también parte de asociaciones para escritores (y escritoras) como el CED y la ANIDE, y fundó una revista cultural llamado 400 Elefantes. Su poesía ha sido traducida al inglés y al italiano, ha sido musicalizada y ha inspirado una pintura. Claramente esta poeta tiene mucho que mostrar al mundo.

A mí, con toda sinceridad, no me ha gustado su presentación. Por momentos era divertido, sí, pero solo momentos. Pero probablemente el problema en esto soy yo; yo con mi comprensión limitada del español; no es que no sepa deducir el significado de las palabras que no he oído antes; es más que no sé unir los sonidos que oigo para saber qué palabras se dicen. De la poema sobre Marilyn Monroe, no he entendido ni palabra. Por la mayor parte de la presentación he tentado separar palabras individuales como gotas de agua en una cascada.
Algunas ideas he comprendido: a todos nos da miedo fracasar (de acuerdo), tenemos que hacer preguntas (de acuerdo) y mirar al cielo… El poema que leyó la Señora González me acordaba de Howl, de Allen Ginsberg, un poeta norteamericano – todo miseria. Aprecio la complejidad, la capacidad de expresar lo que se encuentre en su mente de esta manera, pero no es género mío.

De las poemas suyas que he encontrado, muchas se tratan de esta miseria – y no le tomo a mal, un escritor tiene que escribir sobre lo que conoce. Y como ha dicho ella misma, Nicaragua conoce tragedias – grandes y pequeñas – entonces porque no escribir sobre ellas.
Sin embargo, he buscado algo más positivo, y he encontrado esto:

Paseo en la casa de los padres

 En la casa de la infancia
hay un sueño escondido
y no lo encuentro
busco los días iluminados que me ciegan
como cuchillo que se clava
huella de eterna humanidad.

Sigo las voces por los corredores
y me descubro eterna
mientras me consuelan en silencio
como un gesto alto.

Como si se tratara de cenizas
que me calientan
el hueco de la mano infantil
y me cantan con golpes de puerta.

Son los rostros de esta casa
que me hablan,
y mis padres son los guardianes
de lo perdido
olvidado por otros.

Hay sombras de fantasmas
en esta casa
de habitada vida feliz
donde encontré el paraíso.

Esta poema dulce y suave me gusta más, una representación de los sentidos y pensamientos que tiene la escritora andando por la casa de sus padres. Es claro que en esta casa ha tenido una vida buena y feliz, incluso la llama el paraíso. Me atraen más los imágenes que usa por las memorias: cenizas que me calientan – el fuego ya no quema pero recuerda el calor, y buenas memorias ‘calentan’ de adentro – los rostros de la casa que hablan, las voces, un sueño escondido. Son imágenes que reconozco, sensaciones que yo misma he vivido también, y por eso me gusta esta poema.

 

Fuentes
http://elturnodeldisidente.blogspot.com.es/2012/05/marta-leonor-gonzales.html#!/2012/05/marta-leonor-gonzales.html
http://www.artepoetica.net/Marta_Leonor.htm